Siempre es una experiencia placentera escuchar al periodista Guillermo Giacosa, hablando de los temas que domina tan bien y a los que imprime la sencillez de lo que es casi obvio y muchas veces no logramos ver. Eso ocurrió este viernes en el salón de grados de Derecho, en la Universidad Nacional de San Marcos, ante un público de unos 200 estudiantes y profesores, durante una mesa redonda sobre el golpe militar en Honduras.Me tocó compartir la mesa con Guillermo, lo que sin duda era un honor y un desafío, no tanto por el tema en el que tenemos un enorme campo de coincidencia, sino por el indisputable carisma de este amigo argentino tan querido en el Perú. La prueba definitiva la obtuve al final. A mí me rodearon un estudiante y dos profesionales médicos que me pidieron apoyo para otras conferencias. A Giacosa, no lo dejaban irse una multitud de estudiantes que seguía con los temas del evento.
Para que vean que no exagero tomaré al azar algunas de sus intervenciones que disfrazadas de informalidad y desorden iban configurando un cuadro redondo y provocando risas y aplausos de la concurrencia. ¿Sabían ustedes que Micheletti, el golpista hondureño, es miembro del Opus Dei, del que en el Perú forman parte conspicuos políticos como Rafael Rey, Martha Chávez y otros, y que la mayoría de sus “ministros” también son afiliados a esa organización de la derecha eclesiástica? ¿Estaban enterados que el cardenal y arzobispo de Tegucigalpa es miembro de orden del Opus Dei, como lo es aquí nuestro monseñor Cipriani? Yo no lo sabía, lo aprendí en esta conferencia, con lo que he armado una nueva pieza sobre el alineamiento de las fuerzas más reaccionarias del continente.
En otra parte Guillermo Giacosa explica que Honduras fue siempre el territorio de treinta familias adineradas que tenían pactos con la United Fruit de los Estados Unidos para explotar el banano en los campos de lo que Washington consideraba una republiqueta de juguete y un campo de operaciones militares. En esta historia oligárquica está la explicación de buena parte del golpe de Estado, de las torpezas del presidente de facto que cambia de opinión cada día y de la represión brutal que sufre la población que reclama la restauración de la democracia. “Es que siempre han estado acostumbrados a mandar y ser obedecidos, y ahora no les obedecen”, explica Giacosa.
Y añade una simpática anécdota útil para comprender el horror de la prensa: en 1944, en Argentina se produjo la muerte, asesinadas a cuchillazos, de dos adolescentes de 16 años. Una señora que vivía con ellas fue señalada como la asesina y durante semanas los medios abonaron la hipótesis de la vieja asesina. Un día entrevistaron a una vecina que dijo sin lugar a dudas que la señora era la culpable. ¿Y cómo sabe usted eso?, le preguntaron. Y ella contestó: es que lo dicen en la radio. Pero la presunta asesina era una viejita de 80 años y ciega. “¿No les recuerda los casos Abencia o Fefer?”, comentó el periodista, subrayando la capacidad de crear “realidades” desde los medios.
Podríamos seguir, pero el espacio nos limita. Dejaré para otra vez la presentación de las tesis que alcancé a los asistentes sobre cómo están cambiando las bases de la legalidad en América Latina y por qué reaparece el fantasma del golpe de Estado, que pueden ser útiles para ser compartidas. Por el momento les recomendamos no perderse las presentaciones de Giacosa.
Raúl Wiener
Redacción
Fuente: Diario La primera
excelente articulo, este... que significa guay?? I'm just kidding